miércoles, 2 de diciembre de 2009

CUENTO DE LA DESIDIA



Por: Cristhian Mauricio Burgos Torres


Día 1:


Esa mañana se levantó con el rostro más compungido que de costumbre. No sintió deseo alguno de ir a la oficina, pero sabía que para ver bailar de nuevo al cielo (su hijo) tenía que hacerlo. Ser taquígrafo de un juzgado le ha traído más de una desdicha. Escribir a la velocidad con las que ladronzuelos, matones, violadores, padres denunciados por sus ex esposas, entre otros desamparados sujetos, confiesan sus prontuarios criminales, le ha ocasionado náuseas y hasta una leve aversión por las letras. Piensa: “en mi caso, sin alguien tomara nota de mis fechorías le faltaría tiempo para soltar carcajadas, haría cagar a esa persona de la risa. Basta contar aquel infortunado episodio en el que intente asaltar un bar con un cortaúñas en compañía de Andrés y Alberto, mis amigos, dos huevones cuyo 1, 60 de estatura no alcanzaría ni para robarle hojas a un árbol”.


Además, ya no soporta las reprimendas de su jefe, un hombre corpulento y de espantoso mostacho. En la oficina se murmura que la esposa se divorció de él porque el pendenciero jefe decidió pasar más tiempo contando el dinero que ganaba, en lugar de entregarse a largas horas de escaramuzas de besos y abrazos que desinteresadamente su familia le ofrecía. Pero no tiene otra salida, el exiguo salario que recibe le urge. No puede dejar de pensar que en el momento menos esperado llamará la bravucona de su suegra. Le recriminará por sus largas sequías monetarias, y antes de finalizar la llamada le dirá: “reaccione, es que usted ya tiene un hijo. No entiende que con esas carticas diz que de amor que le manda al niño no va evitar que tantas cosas que él necesita, y que usted ni se imagina, le falten”. Basta de tonterías, es hora de ir al trabajo.


Día 2:


El repicar del teléfono movía el aparato cual órgano a punto de estallar. Se precipita a tomar la bocina, como si su vida dependiera de ello. Aló. Al otro lado de línea sólo se oye silencio. Aló, Aló. Después de algunos segundos, agitada respiración, enseguida: lo siento, pero no tuve escapatoria… fue bueno mientras duró, cómo?, como lo escuchas, ya no me desvive la emoción de sentirte. Las palabras, que siempre le habían salido tan precisas, con cierto aire hipnótico, lo abandonaron, lo dejaron solo. El valor se le desmoronó. Alguien como tú, que vive de sueños y fantasías, que reduce la felicidad a sentarse bajo la sombra de un guayacán todos los jueves, que únicamente tiene para ofrecernos al bebé y a mí duraznos y pelis de tres mil pesos, ni siquiera merece vivir lo que queda de nosotros, nos vamos, adiós…aaaa, lo olvidaba, sobre la mesa te dejo el poema que prometiste escribirme la tarde en que conocimos, el que nunca leí


Día 3:

Antes de salir a la oficina, con los pies colgando en el vacío, se sienta a meditar en el alfeizar de la ventana. Mientras toma café, su único sustento en semanas, piensa que estaría de pelos saltar, sentir como la gravedad lo lleva al punto exacto; un adiós bastante decoroso para un don nadie. Piensa: “diosito, ayúdame a comprar un tiquete, sin regreso, que me lleve a conocer la nada, el vacío”.


Aborda el autobús. Toma asiento. Muecas de dolor contraen los músculos de su cara. Su boca no tarde en llenarse de lágrimas. Su hijo y su esposa le duelen en la miseria del abandono. Está perdido. Pero ahora, ya no le interesa reencontrase consigo mismo. Le consuela el hecho de saber que la ciudad es de los ojos que se asoman por las ventanillas de los buses, esta vez son los suyos. “Señor, yo me bajo aquí”. Camina varias cuadras. Alrededor, lujosos centros comerciales por cuyos pasillos la soledad hace estragos. Anómala atmósfera. Primera vez que empieza a despedazarse el cielo de una ciudad cuya obra parece ser la de un dios malabarista.



Camina, y de repente no hay oficina, ni murmullos, ni jefe cascarrabias. Hace meses demolieron el edificio. Extraño deja vu. “Maldita sea, no otra vez. Y pensar que me gasté en un pasaje de bus las monedas que, en toda una semana, desprevenidos transeúntes me dieron, según ellos, por mi excelente desempeño a la hora de domar las palomas que se pasean por el parque central”. De regreso al corazón de la ciudad. Sin cinco en los bolsillos, desparrama su cuerpo sobre una banca y lo cobija con periódicos. Duerme bajo la cornisa de la luna. Esta es su rutina, su vida, lo hace mucho antes de que llegara el día 1.




PLEGARIA:

Amor, no sé cuanto pueda durar, pero desde tu partida aún sigo derramando sobre el papel los trastornos de la pasión que enmarcaron los días más felices de mi vida, los mismos que parecen estar lejos de volver…


Imagen 1: 3.bp.blogspot.com
Imagen 2: img130.imageshack.us

martes, 15 de septiembre de 2009

ENTREVISTA CON CLAUDIA LÓPEZ

Por:

Andrés Felipe Vanegas Carmona
Cristhian Mauricio Burgos Torres
Carlos Alberto Caicedo Enríquez.


La dulzura que irradia el brillo de sus ojos, contrasta con la agudeza de sus comentarios cuando, en tono impetuoso, no duda en afirmar que los destinos de Colombia los dirige un ‘para-Estado’. Ella es Claudia Nayibe López. La mujer que con sus indagaciones ayudó a revelar los estropicios ocasionados por la influencia paramilitar en el Congreso colombiano. La misma que, con una sencillez que impresiona, es reconocida por buena parte del país como una aguerrida investigadora cuyas pesquisas han puesto en evidencia las alianzas pactadas entre las autodefensas y sus representantes en el Parlamento.

Columnista de EL TIEMPO y politóloga, Claudia López actualmente hace parte de la Misión de Observación Electoral, MOE, organización encargada de supervisar la veracidad de la información electoral que, a través de los medios de comunicación, reciben los ciudadanos.

En entrevista exclusiva a SOBRE LA HUELLA, ésta bogotana ofrece una completa radiografía sobre el actual panorama político de nuestro país en donde, entre otras cosas, según ella, el paramilitarismo crece a la par con el narcotráfico, a propósito del auge de bandas de ex paramilitares que, según informaciones recientes de la Defensoría del Pueblo, ascienden a 82 tras las desmovilizaciones, y las cuales estarían operando en 141 municipios de 25 departamentos. Noticia que no han tenido mayor resonancia entre los principales medios de comunicación colombianos.

Ustedes estudiaron los riesgos electorales hace algún tiempo y de hecho los denunciaron a nivel nacional. Teniendo en cuenta que el próximo año Colombia tendrá elecciones presidenciales, ¿cómo están esos riesgos en este momento?

Claudia López: Esa es justamente la tarea que estamos realizando. Yo estoy colaborando con el observatorio político de la Misión de Observación Electoral MOE. Tenemos presencia en 18 departamentos y uno de ellos es Quindío. Y fíjese que falta casi un año para las elecciones y estamos viajando por todo el país realizando jornadas de reflexión con profesores, estudiantes, periodistas, dirigentes, para que nos cuenten un poco como es el mapa político, porque buena parte de los riesgos electorales ocurren de los intereses y los actores que se dan en la política.

Esperamos poder tener, estadística electoral, estadística de las acciones de los actores armado y lectura del mapa político. Y con esos tres insumos, a finales de año, vamos a producir un informe nacional que cubra los 18 departamentos, comentando los riesgos y cómo creemos que se deben mitigar.

Usted habla de una toma violenta de la mafia al poder. ¿Cuál es la responsabilidad que tiene el gobierno en este caso?

Todos los políticos son responsables sobre las personas con las que gobiernan… todos los políticos, sin excepción. Hoy sabemos con plena certeza que el 35% de las curules del congreso fueron tomadas por la fuerza con coacción armada, fraude electoral, etc, por diferentes organizaciones armadas. Ya sea narcotráfico, paramilitarismo. Entonces, yo creo que los ciudadanos tenemos que exigir a los gobernantes que no gobiernen con las personas que se tomaron el poder de manera violenta.

Mi gran llamado y mi gran crítica al presidente Uribe es que no gobierne con quienes se tomaron el poder de forma violenta. Una persona con tanto prestigio y capacidad política, como de hecho lo posee, puede perfectamente escoger con quién gobierna y con quién no. Y lo que a mi me decepciona es que el 90% de los parapolíticos sean parte de la coalición de gobierno del presidente Uribe. ¿Por qué gobierna con criminales el presidente Uribe?, si sabemos que tiene el respaldo, la popularidad y la capacidad de gobernar con personas que tengan vínculos con los criminales.

No hay representaciones gratis, esos criminales no van a tener las cuotas burocráticas o la representación en el congreso en función de intereses legítimos.

¿Es una responsabilidad legal?


Es una responsabilidad política, legal y ética. Si la ética falla tiene que cumplir la ley, eso no es optativo para un funcionario público y mucho menos para un jefe de estado. Y yo creo que hace parte de cumplir la ley no gobernar con personas que son elegidas por intereses criminales. Y si gobierna con ellas tendrá que responder ética política y penalmente.


El 35% del Congreso f
ue infiltrado por el paramilitarismo. ¿Cómo se puede explicar que esta organización en menos de 15 años obtuvo tanto poder, mientras que la guerrilla en más de 50 años de lucha no lograra lo mismo?

Muy buena conclusión. Lo que las cifras demuestran, efectivamente, es que el paramilitarismo logró en quince años lo que la guerrilla no ha logrado en sesenta. Tomarse una parte sustancial del poder político por las armas, ese es el propósito de la guerrilla. Eso que no lo ha logrado la guerrilla, por fortuna, si lo obtuvo el narco paramilitarismo. ¿Por qué?. Porque los mecanismos que debían servir de control a esa pretensión lo que hizo fue ayudar en el ascenso. La clase política tenía que funcionar como filtro y controlar dicho ascenso. Pero lo que hicieron fue aliarse con ellos para mantenerse en el poder.

Las élites económicas, fundamentalmente rurales, aunque también urbanas, deberían haber financiado la fuerza pública para protegerse a ellos y a la democracia. Lo que hicieron fue contratar con el narcotráfico su seguridad.

Los medios de comunicación y la investigación académica, por miedo o cobardía, se calló y evito denunciar lo que estaba viendo. Y la fuerza pública que era el garante para proteger legítimamente a los ciudadanos, lo que hizo fue aliarse con el narcotráfico y el paramilitarismo para supuestamente derrotar al comunismo.

Entonces, todos los mecanismos que debían servir de control al ascenso del paramilitarismo, la fuerza pública, los políticos y las elites económicas, lo que hicieron fue colaborarle en su tarea. Es por eso, no porque sean genios. Es porque “lograron capitalizar esas ventajas”, que fueron capaces de llegar al lugar que ocuparon.


La guerrilla en cambio no tiene esas ventajas. La guerrilla tiene un gran rechazo social. Un político que se alíe con ellos tiene un altísimo costo donde lo descubran. Primero judicial, y segundo político. Hay rechazo social, judicial, tienen confrontación armada legítima, persecución de la justicia y tienen bloqueo de los actores políticos a ser infiltrados por la guerrilla, en su inmensa mayoría.

¿Por qué la guerrilla no ha podido obtener el poder de los paramilitares? ¿Será que Mancuso es más genio que Cano? No. Lo que pasa es que Mancuso tuvo las ventajas que Cano no tiene. Por eso no se han podido tomar el poder. Los paras y el narcotráfico no tuvieron persecución ciudadana, social y tampoco hubo control político. Por eso llegó a tener el 35% del poder.

En algunas zonas del país se observa la aparición de Águilas Negras. Desde ese ángulo se podría decir que el paramilitarismo se está rearmando?.

El paramilitarismo desde los 90`s fue una cobertura política del narcotráfico. La gran ventaja que tuvo el paramilitarismo en Colombia es que era una agremiación de narcotraficantes, fue un proyecto mafioso de expansión, que supo usar y sacarle jugo al discurso contra insurgente, y al descontento con las FARC para legitimarse política y socialmente.

Creer que el paramilitarismo era un proyecto de autodefensa contra la guerrilla, es como creer que la guerrilla es el ejército del pueblo. Es una foto igual de distorsionada y falsa. De manera, que aquí lo que se está rearmando y reorganizando, una vez más, como en su momento el paramilitarismo, es el narcotráfico, que no cesa. Es una amenaza que continúa, que crece. Esa es la gran amenaza, sea paramilitarismo o como se llame, Águilas Negras, son en ultimas ejércitos privados al servicio del narcotráfico, sin duda.

Lo que ocurre, es que tienen propósitos e intereses políticos. Que sean del narcotráfico, no quiere decir que no tengan estos intereses.

¿Ve en este momento un perfil presidenciable que le pueda competir al presidente Uribe?

El mito de que no hay quien pueda derrotar la presidente es eso…un mito. Pero también creo que el propósito de la democracia colombiana no puede ser derrotar a Uribe. La democracia se tiene que circunscribir a construir propósitos nacionales, a recomponer unos pactos legítimos para proteger esta sociedad, para reconstruir el estado, fortalecer la fuerza pública, la justicia. Para eso se necesita hacer campaña, y yo si creo que hay candidatos, por supuesto, capaces de liderar el debate público. Entonces yo si creo que hay gente para derrotar al presidente Uribe, pero no creo que el gran propósito de las elecciones y la democracia sea derrotar a un hombre, sino construir el estado democrático que necesita Colombia.


Foto 1: Cambio.com

Foto2: Elespectador.com


sábado, 2 de mayo de 2009

DELIRIOS

CUENTO.

El primer lugar que visitó, luego de su fuga, fue la vieja universidad. Mientras camina por uno de los oscuros corredores del recinto, levanta y agita su mano al paso de los estudiantes. Ninguno de ellos responde al saludo. Algunos creen que es uno de los tantos profesores desquiciados que suelen escaparse de la clase de psicología. Otros, los menos incautos, ven el gesto como una broma de mal gusto.


El sujeto entra al primer salón que se encuentra en su trayecto: el aula 108. Sillas apiladas en hileras y papelitos dispersos por todo el piso le dan la bienvenida. “Buenos días jovencitos. Desde hoy seré su nuevo profesor”. Los rostros de los estudiantes no tardan en transfigurarse. “Para empezar, ni se molesten en sacar una hojita en blanco. Hoy no habrá parcial. Aún no comprendo para qué sirven esas tonterías. La educación no se creo para formar instructores técnicos, sino para promover la libertad de los hombres”, dice el extraño hombre como si se tratara de un recital. Entre los estudiantes se oyen murmullos y una que otra carcajada. Nubarrones negros en el cielo no son un buen presagio. Una lluvia de papelitos sobre el rostro del profesor parece estar cerca.



El anómalo momento continúa su curso. “Así que de ahora en adelante, dedicaremos las clases para hablar de cosas que realmente nos importen. Por ejemplo, que hay de sus preocupaciones, sus sueños, sus amores…su tan anhelada fantasía sexual. Que les parece si conversamos un poco sobre lo que hicieron el viernes en la noche”. En seguida, cruce de miradas y silencio prolongado.

De repente, varios hombres irrumpen en el salón 108. En sus manos llevan varias correas y una jeringa cuya aguja deja sin aliento a más de uno. “Sí, ese es. Atrapen ya mismo al loco que se nos escapó del sanatorio la semana pasada… Hasta que al fin te encontramos loco Manuel”, dicen al tiempo cuatro sujetos con batas blancas. “¡Llévenselo!”, ordena uno de ellos.


Sobre los escritorios de los estudiantes, sólo quedan algunos suspiros junto a las hojas de papel con apuntes de una clase que jamás pasó.



Por: Cristhian Mauricio Burgos Torres

Foto: media.photobucket.com

martes, 28 de abril de 2009

"COSCOY"

Crónica

Como si fuera una aventura del Pato Donald buscando un tesoro perdido en medio de la inhóspita selva de cemento, llegamos al famoso sector El Bosque en Armenia, donde decidimos caminar hasta llegar al barrio Siete de Agosto. Antes de encontrar nuestra meta observamos un barrio realmente desconocido para nosotros, exceptuando la caminante Alba, quien ya había pasado por allí. Colgaban avisos como el de la Fonda Rasca Fija, o aparecían seres especiales como un hombre quien en un par de ollas gigantes cocinaba los chontaduros con los que muchos armenios pasarían días y noches realmente agradables. El humo de la leña que partía de este lugar hizo que nos llegara a la cabeza recuerdos de la infancia, que se conjugaban con la emoción de conocer un sitio diferente a las construcciones de la universidad.


Mientras caminábamos seguíamos indagándonos hacia dónde es que realmente nos dirigíamos. Para ese instante tan sólo sabía que tenía que seguir caminando.


Indagamos con algunos de los habitantes sobre en qué lugar se ubicaba el tesoro. Encontramos alguno que se parecía pero que no era el que deseábamos. Por ello seguimos caminando. Y mientras mirábamos, cada vez algo nuevo, de repente apareció un lugar espectral. Casetas coloridas, unas por el verde de las plantas medicinales, otra por los frutos y verduras que las madres utilizan para realizar el sancocho, o los plátanos para cocinar los frijoles. A su lado el café predominaba, una máquina se vislumbraba, zapatos viejos, pegantes de diferentes calidades, una moto que parecía ser quien escoltaba aquel negocio y un aviso sobre la calle que nos indicaba que el tesoro de los aventureros aparecía ante nuestros ojos. CLÍNICA DEL CALZADO COSCOY.

Eso precisamente era lo que buscábamos con tanto apremio, no porque mis tenis necesitarán arreglo, aunque tengo algunos que los podría llevar allí, sino porque decidimos fotografiar una antigua zapatería.

Todo lo que allí se observaba era interesante, carteles del Milán de Italia, una foto de Pelé, zapatos viejos, una radio que tiene un buen número de años de uso que en ese momento sintonizaba La Ventana del Café, y un hombre obeso que llevaba sobre sí unas gafas azules y pantalones manchados por el trabajo. Este hombre, dueño de la zapatería, era Carlos Alberto Balaguera, conocido como “Coscoy”, apelativo que le sirvió de inspiración para darle nombre a su clínica del calzado.

Sin saberlo nos encontramos con otro desplazado más de Colombia. A “Coscoy” le tocó salir de Campo Alegre, Huila, por amenazas de la guerrilla contra sus hijos. Al parecer este grupo pretendía tomar a sus hijos como combatientes. Hace dos años y medio tomó como su aposento a Armenia, y los cuyabros lo tomaron a él.

En esta zapatería, o “re montadora” de calzado, como Carlos Alberto le denomina, se tiñen chaquetas de cuero, aderezan tenis y zapatos, además de construirlos a la medida. De esta labor depende toda su familia. Mientras seguíamos tomando fotografías, “Coscoy” comentaba que “se podía sobrevivir, no conseguir mucho dinero, pero por lo menos vivir sin tantas necesidades”.

Mientras el zapatero dialogaba con los aventureros que habían encontrado el tesoro de sus fotos, era interesante observar como en este pequeño local de madera y zinc podía encontrarse tantos artilugios, desde una máquina que sirve para coser sobre cuero, pasando por los afiches de fútbol, la infaltable radio, los pegantes, mochilas que vislumbran sobre su tela, los años y los usos que se le habían dado, hasta los relojes de Millonarios. Todo ello dejaba en claro que aquel café que predominaba desde afuera demostraba el amor por el fútbol, la radio y su trabajo.

Y aunque antes de hablar con “Coscoy”, creímos que era un personaje un poco duro, nos enteramos que era un personaje muy amable con tres aventureros que lo único que deseaban era tomar fotografías de una vieja zapatería, y que terminó por convertirse en un tour por un sector de Armenia que desconocíamos, enterándonos que nuestra idiosincrasia nos permite tener una Clínica del Calzado en la que su médico es un zapatero, donde cocinamos en las calles los chontaduros con los que hombres y mujeres disfrutan hasta más no poder, y desde luego, la infaltable fonda Rasca Fija en donde seguramente los aventureros Alba, Cristhian y Andrés nos tomaremos nuestras “polas”… pero antes regresamos a la universidad, con la emoción de disfrutar lugares diferentes de las frías paredes de la misma.

Andrés Felipe Vanegas Carmona
Vanegasc1@hotmail.com
Foto 1 y 3: Cristhian Mauricio Burgos T.
Foto 2: Andrés Felipe Vanegas.

martes, 31 de marzo de 2009

ENTREVISTA CONFRANCISCO SANTOS

ENTREVISTA POR: Andrés Felipe Vanegas Carmona
Cristhian Mauricio Burgos Torres
Carlos Alberto Caicedo Enríquez

El vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, es uno de los miembros del Gobierno más elocuentes, pero a la vez más polémicos en el último tiempo debido a las fuertes declaraciones que ha emitido frente al desempeño de gobiernos pasados, así como el realizado por el gobierno actual. En esta entrevista responde sobre el mensaje que está llevando por las universidades del país, pero además argumenta que la manera de gobernar en Colombia, respecto a las regiones, debe cambiar, y finaliza opinando sobre los problemas de nuestro país en las fronteras.

Vicepresidente, usted está recorriendo todo el país realizando diferentes reuniones, incluso argumentando las ideas del gobierno en las universidades, ¿cuál es el mensaje que les está entregando a los jóvenes universitarios?

Estamos en un momento del país en el que los jóvenes tienen mucho que decir, tienen mucho que plantear y a veces no tienen la oportunidad de que se les escuche, y es más eso que cualquier otra cosa. Porque creo que ahora que la violencia que nos agobió durante tantos años, y que hoy lo vemos como algo lejano, nos permite sentarnos a pensar qué país queremos. Gozamos un país donde tenemos el bono demográfico poblacional clásico de nuestras sociedades, en el que la gran mayoría de los colombianos son jóvenes, cerca de veintiocho millones de colombianos son menores de treinta y cuatro años de edad, y en ese sentido el futuro y el presente es de ellos.

Pero hay que empezar a pensarlo a largo plazo, ¿queremos más abogados o queremos más científicos? ¿Queremos exportar lo mismo o cosas diferentes? ¿Queremos mirar hacia la biotecnología o hacia las ciencias política? Éstas son las definiciones que el país tiene que dar y esa es parte de la discusión que estamos dando con los jóvenes.

En su discurso, usted sostiene que en Colombia se debería implementar un federalismo como forma de gobierno. ¿Podría ampliarnos este tema?.


Esa es una idea que está por desarrollarse. Si miramos como fue en el siglo antepasado y los resultados que dio esta forma de gobierno, creo que hay unos aprendizajes inmensos allí. El gran desarrollo antioqueño en sus primeros ciento cincuenta años de vida independiente, se dio durante la época en que este departamento era la república federal o soberana de Antioquia.

Este es un país de provincias, las regiones son importantísimas, y en el momento en que logremos armar un mecanismo institucional en donde las regiones puedan desprenderse del centro, resolver sus problemas, no en el proceso de descentralización tradicional, que además tiene sus bondades y defectos, sino una en manera más profunda de ver nuestro país, creo que daríamos un paso adelante muy grande en las posibilidades de desarrollo.

Pero eso todavía hay que ármalo, mirarlo, buscar los mecanismos para hacerlo. Eso requeriría unos ajustes institucionales dramáticos. Sin embargo, esa es una idea que hay que sembrar, es una semilla a la que hay que echarle agua para que en su momento germine.

¿Esa es una idea que también comparte el presidente Uribe?

Yo creo que no. Es una idea muy personal.

Si a Colombia, Venezuela o Ecuador lo atacarán detrás de una columna guerillera como lo hizo Colombia en territorio ecuatoriano, ¿se aceptaría la ley de legítima defensa,o cuál sería la posición del gobierno frente a este tema?


Lo primero es que el debate de la legitima defensa tiene que ser absolutamente secreto, es un debate que no se puede manejar por los medios de comunicación. Su discusión apenas va a empezar. Colombia siempre fue un país pacífico, nunca hemos tenido un conflicto externo, a excepción del conflicto con Perú que fue por acción de ellos. Yo prefiero que ese tema sea debatido a través de las situaciones privadas y de las reuniones y los escenarios no públicos.

Vicepresidente, para terminar, ¿usted ha hablado con su primo, el ministro Juan Manuel Santos, sobre sí se retira del minesterio o en torno al tema de legítima defensa, o alguna recomendación le ha dado en particular?

No, ambos estamos muy ocupados como para ponernos en discusiones de esas.



FOTO1: www.cmi.com.co

FOTO 2: bersoa1a.blogspot.com

FOTO 3: www.democraticunderground.com

martes, 24 de marzo de 2009

CUANDO EL SOL NO SALE...

CUENTO

Ese martes amaneció frío y con uno que otro vestigio de lluvia. Luis Gonzáles, médico forense sin título y madrugador empedernido, abordó el autobús a las seis, como lo ha hecho durante los últimos tres años de su vida."Aumentan casos de muertes por negligencias médicas", titulaba el periódico de aquel martes.

Luis llevaba camisa a rayas, con cuello, de manga corta, y sus pantalones negros hacían juego con las gafas oscuras que traía puestas. Aunque sus prendas estaban limpiecitas, el señor Gonzáles no dejaba de percibir un fuerte olor a formol que se desprendía de si mismo. Del bolsillo derecho de su pantalón saca una foto: "Te extraño mi vida, sé que pronto te veré de nuevo", dice en una esquina del retrato.

Trabajar con cadáveres implica, entre otros rigores, copular con aromas que, pese a lo desagradables, insisten a quedarse a vivir entre los poros de la piel.

Luis entra a su lugar de trabajo, la morgue del viejo hospital de la ciudad, tarareando una canción. Afuera, mujeres llorando y halándose el cabello. De repente, la desentonada voz de su jefe, un hombre corpulento y de bozo poblado, saca a Luis de su embeleso.

-Gonzáles
-Qué
-Dejé de entonar canciones maricas, y póngase a trabajar
-Pero

-Pero nada, acentúo el jefe

Mientras Luis se pone su desgastado delantal, ocho cadáveres, cubiertos con sábanas blancas, desfilan por todo el centro de la improvisada morgue: un cuartucho de seis metros de largo por cuatro de ancho. Luis si acaso lo podía creer, jadeante, parpadeaba una y otra vez. De nuevo, volvió a gritar su jefe.

-Gonzáles, no se quedé ahí parado
-Lo que diga señor, respondió
-Necesito que les practique, lo antes posible, las autopsias a estos cadáveres. No pregunte por qué, pero el director del hospital ordenó cambiar la verdadera causa de muerte de los cuerpos siete y ocho; así que ya sabe-, concluyó el jefe en tono malicioso.

-Pero por qué, insistió Luis.
-Usted si es terco Gonzáles, subrayó el jefe.

-En fin, aquí entre nos, parece ser que un par de colegas pasaron por alto algunos chequeos médicos y, bueno, las consecuencias están sobre esas bandejas. Cuerpos sin vida que usted tendrá que revisar para antes del medio día, ¡entendió Gonzáles!.

Luis, con la cara transfigurada, luego de tres años de trabajo en aquella morgue, atendía, por primera vez, una sesión masiva de autopsias.

El sudor se derramaba por todo su cuerpo. En la mente del señor Gonzáles, no cabía otra idea que no fuera la de abrir y remendar cadáveres de manera minuciosa. El calor se tornaba, con el paso de los arenosos minutos, más insoportable.

Las 11 y 15, marcaba el reloj. Aún restaban dos cuerpos por el examen anatómico. Levantó, con la misma frialdad de los anteriores cadáveres, la sábana que cubría el cuerpo número siete. Los ojos de Luis se brotaron. Aceleradas palpitaciones y respiración cortada, fueron la antesala de tan lamentable noticia.

El siguiente cuerpo al que, Luis, debía hacerle la autopsia, era el de Elizabeth, su hija. El mundo se le cayó a pedazos. Silencio anómalo. Frío que golpea. Las lágrimas ya rodaban por las mejillas del desdichado doctor.

El rostro de Gonzáles, del todo deshecho, reflejaba la culpa que sentía por el deceso de su hija. La última vez que vio a Elizabeth con vida, fue cuando ésta a penas tenía cinco años. Entró, sigiloso, al cuarto de la niña. Leyó un par de cuentos y entonó varias canciones para ella, más tarde, al igual que su esposa, la abandonó.

Viajó por el mundo intentando encontrar un trabajo, según él, digno de sus habilidades y conocimientos. En quince años de ausencia, nunca le pudo enviar a su familia un monto de dinero que valiera la pena. Gritos de dolor retumban en cada rincón del depósito de cadáveres. Recuesta su rostro sobre el vientre de su hija fallecida. Enseguida, Luis entona una, dos...y mil canciones para Elizabeth. En mayo próximo, la hija del médico forense, cumpliría 19 años.


CRISTHIAN MAURICIO BURGOS TORRES.

Fotografìas: peatom.info

miércoles, 11 de marzo de 2009

ENTREVISTA EXCLUSIVA CON EL CANDIDATO PRESIDENCIAL SERGIO FAJARDO

Entrevista por: Andrés Felipe Vanegas C., Carlos Alberto Caicedo E. y Cristhian Mauricio Burgos T.


Sergio Fajardo es tal vez el ex alcalde más famoso que tiene Colombia. Su trabajo con las comunas de Medellín le trajo varios reconocimientos. Ahora le está apostando a la presidencia de Colombia, y para ello está recorriendo todo el país para conocer, según él, las necesidades que tienen los colombianos. En esta entrevista muestra su punto de vista en temas como los problemas del DAS, la seguridad Democrática y las drogas.


Sergio, esta es la tercera vez que viene al Quindío, ¿qué le gusta de este departamento?

Yo he ido por toda Colombia, y ese paisaje que uno se encuentra cuando llega al Quindío es lo más lindo que hay en Colombia. Para mi trae recuerdos porque la altura de Armenia es más o menos la altura de Medellín, y mucho de lo que hay acá era similar en espíritu a lo que era cuando yo fui niño.


¿Candidato o precandidato presidencial?


Formalmente tendría que ser precandidato porque yo insisto en que uno es candidato cuando ha conocido el país y tiene unas propuestas. Nosotros estamos en la construcción de la misma y estamos terminando de recorrer el país. Por ello es abusivo decir que soy candidato sin tener una propuesta lista para presentarla. Se está construyendo y la estamos haciendo con cuidado, no aquello de reunirse un fin de semana dos o tres personas para decir algo inteligente, sino que lo que queremos es ver sentir y explicar. Por eso vamos hacia allá, a participar en las elecciones, nos vamos a inscribir por firmas en un movimiento cívico e independiente. Si el presidente Uribe está o no está en la contienda electoral es igual en el sentido en que nosotros seguimos. Para Junio o julio es el reto tener un paquete de propuestas, y después nos montaremos en un bus desde Ipiales hasta el Cabo de la Vela para recoger firmas.


El analista Gustavo Álvarez Gardeazábal dijo que usted recorre todo el país pero que no propone nada, ¿usted qué opina al respecto?


Muy inteligente, dijo algo cierto. Ahora, por qué, lo que estamos es pensando y estudiando. Eso es todo. Pero sí propongo algo, lo primero luchar contra la corrupción, la politiquería y el clientelismo, que son unos de los daños más grandes que han ocurrido en el país y que está vigente y latente y allí se pierde una buena parte de las oportunidades que tenemos. Pero es exacto, pensando, estudiando. Es que es muy fácil hablar de todos y cada uno de los temas sin saber de ello, por eso hay que escuchar antes de proponer, porque es más difícil escuchar que hablar.


Le vamos a plantear algunos de los temas más polémicos en la actualidad de Colombia, para que usted nos comente lo que piensa sobre ellos. Por ejemplo, ¿usted qué haría hoy por hoy con el DAS?


Lo primero que haría es darle respuesta a qué fue lo que pasó porque todavía no sabemos. Esto viene pasando desde hace varios años, con el señor Jorge Noguera y han salido funcionarios, se fue la directora, se cambio el uno se cambio el otro, y todavía no sabemos porque pasan las cosas. Entonces la primera pregunta que me hago es por qué. Ahora le quitaron la función de hacer interceptación de llamadas, muy bien, pero cuál era el problema, dicha decisión resuelve qué; y esa pregunta aún no tiene respuesta.


¿Y en cuanto a la seguridad democrática, continuaría usted con esta política dentro de su plan de gobierno?


Hay que entender bien qué es la seguridad democrática. Sin duda se ha visto un avance en el país en lo que respecta al tema de seguridad. Hay que tenerla en cuenta y entender que ha funcionado y no reversar en las cosas valiosas que se lograron. Ahora, yo insisto la seguridad tiene que ser un medio no un fin. La seguridad es un medio que permite condiciones para desarrollar cosas. Por ejemplo. Si no hay seguridad pues no hay turismo. Pero con seguridad el fin es el turismo no la seguridad. Y es una condición que la necesitamos y sobre eso lo que ha funcionado entenderlo muy bien. Yo lo he visto de primera mano y hay que reconocerlo. Y nuestra formula es quítele la violencia, mejore seguridad, pero cada que quite ponga… oportunidades sociales.


Colombia tiene cinco millones de inmigrantes en el exterior. ¿Con esta crisis económica podría ser posible qué tengan que volver al país? ¿Si es así qué hacer frente a este problema?


Yo no creo que tengan que volver muchos. De hecho los colombianos son de los que mejor aguantan las crisis en el exterior porque son un grupo de gente trabajadora. El colombiano es recursivo y además es respetado. Pero yo creo que la mayoría no se va a devolver porque han abierto un espacio. Indudablemente va a ser un momento amargo para quienes están en nuestro país y dependen de ellos, pero sinceramente no creo que se valla a presentar una estampida de colombianos que regresan a nuestra tierra.



Respecto al tema de la droga, los últimos gobiernos de nuesrto país, realizaron esfuerzos significativos para solucionar este problema. Sin embargo, la producción de la droga sigue aumentando. ¿Qué haría usted frente a esta situación?


Eso es parte de la propuesta que tenemos que presentar. Yo estoy de acuerdo con los planteamientos de Fernando Enrique Cardozo, César Gaviria y Ernesto Zedillo, en el sentido en que se tiene que mirar el problema como un tema de salud pública, entender una legalización parcial de ciertas cosas. Pero yo no creo que esa represión así como está funcione. No se puede cruzar de brazos y hay que ponerle todos los componentes sociales.

Matemático, político y paisa que toda la vida ha estado en la academia. Después de salir de la política, ¿volvería al alma mater?

Ya no puedo llegar como yo era antes, es decir como investigador, porque eso es como un futbolista cuando se retira siete años y quiere volver, ya le queda muy difícil. Podría ser el rector de una universidad para jalonar bastante. Es indudable, a mi me encanta la universidad.

Foto 1:www.elpaisvallenato.com
Foto 2:www.elespectador.com