martes, 31 de marzo de 2009

ENTREVISTA CONFRANCISCO SANTOS

ENTREVISTA POR: Andrés Felipe Vanegas Carmona
Cristhian Mauricio Burgos Torres
Carlos Alberto Caicedo Enríquez

El vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, es uno de los miembros del Gobierno más elocuentes, pero a la vez más polémicos en el último tiempo debido a las fuertes declaraciones que ha emitido frente al desempeño de gobiernos pasados, así como el realizado por el gobierno actual. En esta entrevista responde sobre el mensaje que está llevando por las universidades del país, pero además argumenta que la manera de gobernar en Colombia, respecto a las regiones, debe cambiar, y finaliza opinando sobre los problemas de nuestro país en las fronteras.

Vicepresidente, usted está recorriendo todo el país realizando diferentes reuniones, incluso argumentando las ideas del gobierno en las universidades, ¿cuál es el mensaje que les está entregando a los jóvenes universitarios?

Estamos en un momento del país en el que los jóvenes tienen mucho que decir, tienen mucho que plantear y a veces no tienen la oportunidad de que se les escuche, y es más eso que cualquier otra cosa. Porque creo que ahora que la violencia que nos agobió durante tantos años, y que hoy lo vemos como algo lejano, nos permite sentarnos a pensar qué país queremos. Gozamos un país donde tenemos el bono demográfico poblacional clásico de nuestras sociedades, en el que la gran mayoría de los colombianos son jóvenes, cerca de veintiocho millones de colombianos son menores de treinta y cuatro años de edad, y en ese sentido el futuro y el presente es de ellos.

Pero hay que empezar a pensarlo a largo plazo, ¿queremos más abogados o queremos más científicos? ¿Queremos exportar lo mismo o cosas diferentes? ¿Queremos mirar hacia la biotecnología o hacia las ciencias política? Éstas son las definiciones que el país tiene que dar y esa es parte de la discusión que estamos dando con los jóvenes.

En su discurso, usted sostiene que en Colombia se debería implementar un federalismo como forma de gobierno. ¿Podría ampliarnos este tema?.


Esa es una idea que está por desarrollarse. Si miramos como fue en el siglo antepasado y los resultados que dio esta forma de gobierno, creo que hay unos aprendizajes inmensos allí. El gran desarrollo antioqueño en sus primeros ciento cincuenta años de vida independiente, se dio durante la época en que este departamento era la república federal o soberana de Antioquia.

Este es un país de provincias, las regiones son importantísimas, y en el momento en que logremos armar un mecanismo institucional en donde las regiones puedan desprenderse del centro, resolver sus problemas, no en el proceso de descentralización tradicional, que además tiene sus bondades y defectos, sino una en manera más profunda de ver nuestro país, creo que daríamos un paso adelante muy grande en las posibilidades de desarrollo.

Pero eso todavía hay que ármalo, mirarlo, buscar los mecanismos para hacerlo. Eso requeriría unos ajustes institucionales dramáticos. Sin embargo, esa es una idea que hay que sembrar, es una semilla a la que hay que echarle agua para que en su momento germine.

¿Esa es una idea que también comparte el presidente Uribe?

Yo creo que no. Es una idea muy personal.

Si a Colombia, Venezuela o Ecuador lo atacarán detrás de una columna guerillera como lo hizo Colombia en territorio ecuatoriano, ¿se aceptaría la ley de legítima defensa,o cuál sería la posición del gobierno frente a este tema?


Lo primero es que el debate de la legitima defensa tiene que ser absolutamente secreto, es un debate que no se puede manejar por los medios de comunicación. Su discusión apenas va a empezar. Colombia siempre fue un país pacífico, nunca hemos tenido un conflicto externo, a excepción del conflicto con Perú que fue por acción de ellos. Yo prefiero que ese tema sea debatido a través de las situaciones privadas y de las reuniones y los escenarios no públicos.

Vicepresidente, para terminar, ¿usted ha hablado con su primo, el ministro Juan Manuel Santos, sobre sí se retira del minesterio o en torno al tema de legítima defensa, o alguna recomendación le ha dado en particular?

No, ambos estamos muy ocupados como para ponernos en discusiones de esas.



FOTO1: www.cmi.com.co

FOTO 2: bersoa1a.blogspot.com

FOTO 3: www.democraticunderground.com

martes, 24 de marzo de 2009

CUANDO EL SOL NO SALE...

CUENTO

Ese martes amaneció frío y con uno que otro vestigio de lluvia. Luis Gonzáles, médico forense sin título y madrugador empedernido, abordó el autobús a las seis, como lo ha hecho durante los últimos tres años de su vida."Aumentan casos de muertes por negligencias médicas", titulaba el periódico de aquel martes.

Luis llevaba camisa a rayas, con cuello, de manga corta, y sus pantalones negros hacían juego con las gafas oscuras que traía puestas. Aunque sus prendas estaban limpiecitas, el señor Gonzáles no dejaba de percibir un fuerte olor a formol que se desprendía de si mismo. Del bolsillo derecho de su pantalón saca una foto: "Te extraño mi vida, sé que pronto te veré de nuevo", dice en una esquina del retrato.

Trabajar con cadáveres implica, entre otros rigores, copular con aromas que, pese a lo desagradables, insisten a quedarse a vivir entre los poros de la piel.

Luis entra a su lugar de trabajo, la morgue del viejo hospital de la ciudad, tarareando una canción. Afuera, mujeres llorando y halándose el cabello. De repente, la desentonada voz de su jefe, un hombre corpulento y de bozo poblado, saca a Luis de su embeleso.

-Gonzáles
-Qué
-Dejé de entonar canciones maricas, y póngase a trabajar
-Pero

-Pero nada, acentúo el jefe

Mientras Luis se pone su desgastado delantal, ocho cadáveres, cubiertos con sábanas blancas, desfilan por todo el centro de la improvisada morgue: un cuartucho de seis metros de largo por cuatro de ancho. Luis si acaso lo podía creer, jadeante, parpadeaba una y otra vez. De nuevo, volvió a gritar su jefe.

-Gonzáles, no se quedé ahí parado
-Lo que diga señor, respondió
-Necesito que les practique, lo antes posible, las autopsias a estos cadáveres. No pregunte por qué, pero el director del hospital ordenó cambiar la verdadera causa de muerte de los cuerpos siete y ocho; así que ya sabe-, concluyó el jefe en tono malicioso.

-Pero por qué, insistió Luis.
-Usted si es terco Gonzáles, subrayó el jefe.

-En fin, aquí entre nos, parece ser que un par de colegas pasaron por alto algunos chequeos médicos y, bueno, las consecuencias están sobre esas bandejas. Cuerpos sin vida que usted tendrá que revisar para antes del medio día, ¡entendió Gonzáles!.

Luis, con la cara transfigurada, luego de tres años de trabajo en aquella morgue, atendía, por primera vez, una sesión masiva de autopsias.

El sudor se derramaba por todo su cuerpo. En la mente del señor Gonzáles, no cabía otra idea que no fuera la de abrir y remendar cadáveres de manera minuciosa. El calor se tornaba, con el paso de los arenosos minutos, más insoportable.

Las 11 y 15, marcaba el reloj. Aún restaban dos cuerpos por el examen anatómico. Levantó, con la misma frialdad de los anteriores cadáveres, la sábana que cubría el cuerpo número siete. Los ojos de Luis se brotaron. Aceleradas palpitaciones y respiración cortada, fueron la antesala de tan lamentable noticia.

El siguiente cuerpo al que, Luis, debía hacerle la autopsia, era el de Elizabeth, su hija. El mundo se le cayó a pedazos. Silencio anómalo. Frío que golpea. Las lágrimas ya rodaban por las mejillas del desdichado doctor.

El rostro de Gonzáles, del todo deshecho, reflejaba la culpa que sentía por el deceso de su hija. La última vez que vio a Elizabeth con vida, fue cuando ésta a penas tenía cinco años. Entró, sigiloso, al cuarto de la niña. Leyó un par de cuentos y entonó varias canciones para ella, más tarde, al igual que su esposa, la abandonó.

Viajó por el mundo intentando encontrar un trabajo, según él, digno de sus habilidades y conocimientos. En quince años de ausencia, nunca le pudo enviar a su familia un monto de dinero que valiera la pena. Gritos de dolor retumban en cada rincón del depósito de cadáveres. Recuesta su rostro sobre el vientre de su hija fallecida. Enseguida, Luis entona una, dos...y mil canciones para Elizabeth. En mayo próximo, la hija del médico forense, cumpliría 19 años.


CRISTHIAN MAURICIO BURGOS TORRES.

Fotografìas: peatom.info

miércoles, 11 de marzo de 2009

ENTREVISTA EXCLUSIVA CON EL CANDIDATO PRESIDENCIAL SERGIO FAJARDO

Entrevista por: Andrés Felipe Vanegas C., Carlos Alberto Caicedo E. y Cristhian Mauricio Burgos T.


Sergio Fajardo es tal vez el ex alcalde más famoso que tiene Colombia. Su trabajo con las comunas de Medellín le trajo varios reconocimientos. Ahora le está apostando a la presidencia de Colombia, y para ello está recorriendo todo el país para conocer, según él, las necesidades que tienen los colombianos. En esta entrevista muestra su punto de vista en temas como los problemas del DAS, la seguridad Democrática y las drogas.


Sergio, esta es la tercera vez que viene al Quindío, ¿qué le gusta de este departamento?

Yo he ido por toda Colombia, y ese paisaje que uno se encuentra cuando llega al Quindío es lo más lindo que hay en Colombia. Para mi trae recuerdos porque la altura de Armenia es más o menos la altura de Medellín, y mucho de lo que hay acá era similar en espíritu a lo que era cuando yo fui niño.


¿Candidato o precandidato presidencial?


Formalmente tendría que ser precandidato porque yo insisto en que uno es candidato cuando ha conocido el país y tiene unas propuestas. Nosotros estamos en la construcción de la misma y estamos terminando de recorrer el país. Por ello es abusivo decir que soy candidato sin tener una propuesta lista para presentarla. Se está construyendo y la estamos haciendo con cuidado, no aquello de reunirse un fin de semana dos o tres personas para decir algo inteligente, sino que lo que queremos es ver sentir y explicar. Por eso vamos hacia allá, a participar en las elecciones, nos vamos a inscribir por firmas en un movimiento cívico e independiente. Si el presidente Uribe está o no está en la contienda electoral es igual en el sentido en que nosotros seguimos. Para Junio o julio es el reto tener un paquete de propuestas, y después nos montaremos en un bus desde Ipiales hasta el Cabo de la Vela para recoger firmas.


El analista Gustavo Álvarez Gardeazábal dijo que usted recorre todo el país pero que no propone nada, ¿usted qué opina al respecto?


Muy inteligente, dijo algo cierto. Ahora, por qué, lo que estamos es pensando y estudiando. Eso es todo. Pero sí propongo algo, lo primero luchar contra la corrupción, la politiquería y el clientelismo, que son unos de los daños más grandes que han ocurrido en el país y que está vigente y latente y allí se pierde una buena parte de las oportunidades que tenemos. Pero es exacto, pensando, estudiando. Es que es muy fácil hablar de todos y cada uno de los temas sin saber de ello, por eso hay que escuchar antes de proponer, porque es más difícil escuchar que hablar.


Le vamos a plantear algunos de los temas más polémicos en la actualidad de Colombia, para que usted nos comente lo que piensa sobre ellos. Por ejemplo, ¿usted qué haría hoy por hoy con el DAS?


Lo primero que haría es darle respuesta a qué fue lo que pasó porque todavía no sabemos. Esto viene pasando desde hace varios años, con el señor Jorge Noguera y han salido funcionarios, se fue la directora, se cambio el uno se cambio el otro, y todavía no sabemos porque pasan las cosas. Entonces la primera pregunta que me hago es por qué. Ahora le quitaron la función de hacer interceptación de llamadas, muy bien, pero cuál era el problema, dicha decisión resuelve qué; y esa pregunta aún no tiene respuesta.


¿Y en cuanto a la seguridad democrática, continuaría usted con esta política dentro de su plan de gobierno?


Hay que entender bien qué es la seguridad democrática. Sin duda se ha visto un avance en el país en lo que respecta al tema de seguridad. Hay que tenerla en cuenta y entender que ha funcionado y no reversar en las cosas valiosas que se lograron. Ahora, yo insisto la seguridad tiene que ser un medio no un fin. La seguridad es un medio que permite condiciones para desarrollar cosas. Por ejemplo. Si no hay seguridad pues no hay turismo. Pero con seguridad el fin es el turismo no la seguridad. Y es una condición que la necesitamos y sobre eso lo que ha funcionado entenderlo muy bien. Yo lo he visto de primera mano y hay que reconocerlo. Y nuestra formula es quítele la violencia, mejore seguridad, pero cada que quite ponga… oportunidades sociales.


Colombia tiene cinco millones de inmigrantes en el exterior. ¿Con esta crisis económica podría ser posible qué tengan que volver al país? ¿Si es así qué hacer frente a este problema?


Yo no creo que tengan que volver muchos. De hecho los colombianos son de los que mejor aguantan las crisis en el exterior porque son un grupo de gente trabajadora. El colombiano es recursivo y además es respetado. Pero yo creo que la mayoría no se va a devolver porque han abierto un espacio. Indudablemente va a ser un momento amargo para quienes están en nuestro país y dependen de ellos, pero sinceramente no creo que se valla a presentar una estampida de colombianos que regresan a nuestra tierra.



Respecto al tema de la droga, los últimos gobiernos de nuesrto país, realizaron esfuerzos significativos para solucionar este problema. Sin embargo, la producción de la droga sigue aumentando. ¿Qué haría usted frente a esta situación?


Eso es parte de la propuesta que tenemos que presentar. Yo estoy de acuerdo con los planteamientos de Fernando Enrique Cardozo, César Gaviria y Ernesto Zedillo, en el sentido en que se tiene que mirar el problema como un tema de salud pública, entender una legalización parcial de ciertas cosas. Pero yo no creo que esa represión así como está funcione. No se puede cruzar de brazos y hay que ponerle todos los componentes sociales.

Matemático, político y paisa que toda la vida ha estado en la academia. Después de salir de la política, ¿volvería al alma mater?

Ya no puedo llegar como yo era antes, es decir como investigador, porque eso es como un futbolista cuando se retira siete años y quiere volver, ya le queda muy difícil. Podría ser el rector de una universidad para jalonar bastante. Es indudable, a mi me encanta la universidad.

Foto 1:www.elpaisvallenato.com
Foto 2:www.elespectador.com