jueves, 20 de noviembre de 2008

TEATRO COLOMBIANO A LO FRANCÉS

Por: Andrés Felipe Vanegas Carmona


PARTE II

Después de haber transcurrido la mitad de la obra en la que no juego un rol preponderante, llegó el momento en que me convertiría en el papel principal.


En el cuarto oscuro observaba cómo Devora, Camila y Juliana organizaban todo para recibir el europeo. Y en el fusco cuarto, apurado me colocaba un trapo amarillo, supuestamente denominado gabán, al que no le encontraba una de las mangas. Escuchaba a Camila que fustigaba con palabras aduciendo que ese europeo no se lo robarían. Era hora de salir. Pero antes faltaba la bufanda para asemejarme un poco más a un europeo.

Escuché con ansiedad. – ¿Será español? - ¿Será francés? - ¿O será italiano? Y el vigor me llegó. Con acento francés entro a escena y digo: -Ola niñas cómo están- Risas del publico. Siento tranquilidad porque hubo emoción. Ellas inmediatamente caen en cámara lenta sobre las sillas y suspiran. Observo a los espectadores y con fuerza uuuuuu… y vuelven las risas. Y el dialogo inicia, cuando me presento. –Mi nombre es Fabrice, ¿tú cómo te llamas?- ella contesta –Devora- y le digo –que bello nombre es muy colombiano- paso donde Camila y le huelo el cuello y afirmó que por el olor parece francesa. Sin embargo, donde Juliana el francés se choca porque es una mujer muy seria. Traté de subir el tono de mi voz, pero imitar otro acento lo complejiza.

Me doy media vuelta, mirando los rostros de los asistentes que apuntaban al mío, y por primera vez los tengo de frente. Y la valentía hace que el dialogo continúe. –Niñas yo vengo desde Francia, donde tengo muchos almacenes de joyas al igual que en Europa, y estoy aquí para dictarles una charla- Me volteo y están casi encima de mí. Vuelvo al público con mirada sorpresiva y hago un uuuuu… y de nuevo las risas. Cuando giro ya están en sus sillas. Y el discurso de un vino de la mejor cosecha para romper el hielo se ve interrumpido por Juliana que me dice que ellas están allí es para estudiar. Como un buen ladrón, observo al publico y un poco afligido les digo que era un pequeño detalle. Sin embargo, Devora la reconviene, al igual que Camila, y le dicen que no se amargue, porque los franceses son exóticos. Entonces les sirvo el vino. Y la impaciencia acompañada de miedo y nervios para ese momento se había perdido totalmente.

Les comento con acento francés -niñas cuando venía para acá, me encontré con un lugar que le dicen ustedes San Andreus, San Andris- y dice Camila –profe San Andresito- y vuelvo –aaaa…si… allá me vendieron un CD de salsu, salsi- y Juliana interrumpe –salsa profe- En ese momento se levanta Devora y me dice que me podría enseñar a bailar, y como supuesto europeo me encanta la idea. Camila sienta a la fuerza a Devora, y a su vez Juliana hace lo mismo con Camila y dice que ella me enseña. Y arremeten contra ella afirmando que es una mosquita muerta. Entonces me expreso –no se que quiere decir mosquita muerta, pero entonces mosquita muerta pon la música. Las risas regresan.

Empezamos a bailar, y las tres se turnaron al francés, es decir este narrador. Cuando ya estaban borrachas me sienta en la mitad de las sillas y se postran muy cerca a mí. Todo el mundo suspiraba. Al ver que las victimas ya estaban borrachas les dije que era mejor comprar más vino, que yo iba a comprarlo. –Niñas me llevo el maletín porque aquí tengo el dinero para comprarlo- Tome el bolso con las joyas y salí de la escena con la cara de pícaro mirando a los espectadores. Y de nuevo estoy en el cuarto sin luz.

Desde la oscuridad se veía un taxista con un español apurado porque jamás había llegado tarde a una de sus clases. El taxi falla y llaman otro. Y vuelvo a entrar en acción. Llegó en el taxi que habían pedido y acepto que lleven al español. Cuando me doy cuenta de su procedencia, mi personaje entra en pánico, y las joyas, que por un momento no encontraba, las boto al piso mientras la gente cree que se cayeron. El español las muestra al público y pregunta dónde las conseguí. Nervioso se las arrebato. Paro el taxi y me voy. El conductor, que antes fue el profesor, Carlos el del boso, me cobra y yo regreso al cuarto fusco.

En la oscuridad el placer circula mis venas, mientras la obra continúa. Espero paciente el culmen. Miro hacia atrás y los buñuelos estaban preparados para cuando los compañeros le dieran la estocada final a la escena. Vuelvo mis ojos hacia el escenario.

En él, a una niña le robaban la bicicleta, y una masa enardecida pretendía linchar al ladrón. El público seguía reaccionando positivamente. Un policía los detiene y hace alarde de su poder, mientras ellos le gritan inepto. Y del fusco cuarto vuelvo a zarpar, tomo al policía del hombro y le informo que ese ladrón es mi hermano y lo voy a llevar al hospital. El policía responde negativamente. Entonces en un tono muy colombianizado alejado del francés, le muestro una joya.

Tomo al ladrón y lo conduzco hacia el cuartico oscuro, mientras esperamos que la masa enardecida cambie de papel y de un momento a otro regresen a la tienda. La señora chismosa que tenía cierto parecido a guasón, le reclama al tendero porque sólo él conocía que su hija tenía las joyas, y alardea de lo beata que es su hija Devora, al igual que la madre de Juliana y de Camila. –Nuestras hijas no toman, ellas no rompen un plato. En el cuarto oscuro, el ladrón y yo emocionados por el éxito nos damos cuenta que el tendero les cobra y salen disparados hacia el centro. La vieja chismosa dice: -necesito un policía para recuperar las joyas. El ladrón pide un policía para que haga respetar los derechos humanos. Y yo vuelvo en tono francés –necesito un policía para que me saque de este país antes de que me roben las joyas. Y el tendero pide un policía para que le paguen las deudas. Y todos en coro -necesito un policía. Y los aplausos retumbaron.

Y de nuevo al cuarto oscuro, ahora por última vez. Tomo el buñuelo, salgo de allí rumbo a la parte exterior del auditorio, y sale de mi ser una pregunta muy popular entre los periodistas, pero que en realidad no tiene razón de ser y siempre tiene igual respuesta… Maras, ¿es más difícil estar afuera o adentro?
En fin el grupo se despidió, porque fue la primera y única obra juntos, y con la alegría brotando desde adentro, me como mi buñuelo con gaseosa que me esperaba desde el comienzo de la obra

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno

Anónimo dijo...

muy bueno vanegas, esperamos los textos para el concurso y vialterna
Angel